Saturday, November 28, 2009

Razones para estar agradecido

viernes, 27 de noviembre de 2009
Iván Calderón / Para Primera Hora

Todo atleta que desea ser exitoso en cualquier nivel tiene que sacrificar algunas cosas para así alcanzar las metas que se traza.

El boxeo no es distinto.

No solamente significa largas horas entrenando en un gimnasio o corriendo en una pista, sino que, además, inconscientemente puse a un lado pasar tiempo con mi familia, particularmente durante los días festivos que se avecinan.

Pero, no puedo negar que al final del camino he sido bendecido por unas recompensas que me llenan de orgullo y satisfacción.

Al principio de mi carrera, no pude compartir con mis hijos como me hubiese gustado durante los días de Acción de Gracias. Lo más difícil era explicarles las razones por el cual no podía sentarme con ellos a comer de una suculenta cena que con tanto cariño habían preparado. Pero, con el tiempo entendieron. Por ello, ahora que no peleo con la misma frecuencia que hace unos años, puedo darme el lujo de ir a donde deseo para festejar con gusto.

Este año, no quise dejar pasar la ocasión para estar con mi mamá y viajé a la ciudad de Boston para compartir con algunos familiares que normalmente no tengo la oportunidad de ver. Fue la primera vez en muchos años que estuvimos juntos y eso lo hizo más especial todavía.

El boxeo me ha dado muchas cosas. Aparte de los ingresos económicos para brindar una mejor calidad de vida a mis hijos, me ha abierto las puertas a un mundo que quizás no hubiese visto bajo otras circunstancias.

Cada vez que he sido invitado para compartir con aquellas personas cuyas familias los han dejado en el olvido, no lo pienso dos veces. Sé que una breve conversación, una sonrisa o un abrazo puede alegrar su vida aunque sea por un día. Y no hay mayor satisfacción que ésa.

He vivido muchas experiencias y sé de la importancia de estar con las personas que necesitan cariño. Para ellos, es lo más grande que podamos darle de lo poco que uno tiene.

Puerto Rico está pasando por una época difícil, pero tenemos que entender que en muchas lugares alrededor del mundo la situación es similar. Lo mejor que tenemos es el deseo de levantarnos para encaminarnos nuevamente.

Todo está en lo que podemos hacer para salir del atolladero y no hay duda de que lo podemos lograr.

Muchos sabían que tenía el talento para ser un boxeador sobresaliente, pero también estaban los que no creyeron que podía ser un campeón mundial en dos categorías, a la vez que mantenía mi invicto.

Pero, con mi perseverancia y dedicación, pude hacer lo que pensaron imposible y ésa es la mentalidad que necesitamos si en realidad queremos que Puerto Rico sea un mejor lugar para nuestros hijos.

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